martes, 8 de junio de 2010

Así aprendí a caminar

Cuando era una pequeñuja  que no daba paso sin ayuda había un gallo capón que me traía mártir. Allá donde me veía comenzaba a correr y a mover las alas hasta que  lograba alcanzarme. Al principio casi siempre lograba su hazaña pero una vez la pequeñuela Mp aprendió a caminar solita salía corriendo tras el gallo para arrancarle las plumas por todos los picotazos coleccionados (no fueron tantos porque papá siempre zafaba al ca...ón) y el muy avispado salía corriendo nuevamente, esta vez amiguitos en dirección contraria. Por aquél entonces aún no le arrancaba ninguna linda pluma de la cola porque era más rápido y astuto que yo, pero llegó el día en que como bien dice el refrán donde las dan las toman y... toma plumas para la pequeñaja.
Así es como aprendí a correr antes que a andar a unos tempranos meses, gracias al  señor gallus y sus picotazos. Bueno, al final nos hicimos amigos, un gallo listo sin duda.

Ya que va de gallos, os dejo el cuento de nunca acabar versión gallo capón en honor al gallus del vecino.

 Foto:Google Images
Manipulación: MP
EL CUENTO DEL GALLO CAPÓN

 Los que querían dormir, no por cansancio sino por nostalgia de los sueños, recurrieron a toda clase de métodos agotadores. Se reunían a conversar sin tregua, a repetirse durante horas y horas los mismos chistes, a complicar hasta los límites de la exasperación el cuento delgallo capón, que era un juego infinito en que el narrador preguntaba si querían que les contara el cuento del gallo capón, y cuando contestaban que sí, el narrador decía que no había pedido que dijeran que sí, sino que si querían que les contara el cuento del gallo capón, y cuando contestaban que no, el narrador decía que no les había pedido que dijeran que no, sino que si querían que les contara el cuento del gallo capón, y cuando se quedaban callados el narrador decía que no les había pedido que se quedaran callados, sino que si querían que les contara el cuento del gallo capón, y nadie podía irse, porque el narrador decía que no les había pedido que se fueran, sino que si querían que les contara el cuento del gallo capón, y así sucesivamente, en un círculo vicioso que se prolongaba por noches enteras.
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ, Cien años de soledad

Posdata: De pequeña odiaba estos cuentos de nunca acabar y el más odiado era "Un elefante se balanceaba sobre la tela de una araña..." siempre decía: "otra vezzzz no" "vaaale, pero por favorrr  no llaméis a más elefantessssssss que no vamos a llegar al final del cuento nunca y quiero saber cómo termina". Por eso aprendí a hablar también muy pronto XD, no soportaba que la tela de la araña aguantase tanto peso.

4 comentarios:

Noly dijo...

Me gusta nena pero hay una falta , donde las dan las toman, jijiji Viva el gallo capón

MP dijo...

;P boooba "del espacio gallo" Veo que ya te deja comentar este trasto.
Vaya día horribilis, nefastus e hijo de hpavillion.
Un saludo nena voy a poner otra falta:
FALTA XD.

Taaaaa, este mes te quedas sin paga que lo sepas.

Un saludo campeona, te vi bailando jejejeje.

Noly dijo...

Ay madre mira que lo tengo dicho ni fotos ni videos pero nada que al final te pillan haciendo el ganso o la gallina, según sea el caso.
Si, me deja comentar he aprendido el truqui ;)
Pd: ya escribire ahora estoy liada con otra cosa jeje

MP dijo...

La gansa más bien, creo.Aunque el gallo parecía intuir que era gallina porque no encuentro otra explicación obsesiva a su comportamiento. XD

Saludos