sábado, 26 de septiembre de 2009

El último hombre en Europa


Aprovechando que el Pisuerga sigue pasando por Valladolid y gran hermano por la casa de Guadalix, os hablaré hoy de un libro que tiene que ver con el formato televisivo de ese programa denostado por unos e idolatrado por “los otros”, citado por los de más allá como el señor Rubalcaba días atrás aseverando en una de sus declaraciones la inexistencia del gran hermano.

Mil novecientos ochenta y cuatro o El último hombre en Europa del británico Eric Arthur Blair, más conocido por el pseudónimo de George Orwell, nos presenta en este su vástago una supuesta sociedad policial, el estado ejerce un control total sobre el individuo. No existe siquiera un resquicio para la intimidad personal: el sexo es un crimen, las emociones están prohibidas, la adoración al sistema es la condición para seguir vivo. La Policía del Pensamiento se encargará de torturar hasta la muerte a los conspiradores, aunque para ello sea necesario acusar a inocentes. Winston y Julia, a pesar de ser miembros del Partido y sabiendo que el Gran Hermano les vigila, se rebelan contra ese poder que se ha adueñado de las conciencias de sus conciudadanos. El camino que seguirán se convertirá en un peligroso laberinto hacia un final incierto.

La novela 1984 fue objeto de una operación de trivialización, transformándola en un pueril ejercicio de futurismo, algo que jamás pretendió su autor. Orwell habla del pasado y el presente, nunca del futuro, estableciendo paralelismos entre la Alemania Nazi, la Unión Soviética de Stalin y su ficción de Oceanía. Los libros de Orwell deben entenderse en el marco de una crítica social conectada con sus experiencias directas, es un autor siempre pendiente de la "secreta corriente de suciedad" que atraviesa a toda sociedad jerárquica y desigual.

CAPITULO I

Era un día luminoso y frío de abril y los relojes daban las trece. Winston Smith, con la barbilla clavada en el pecho en su esfuerzo por burlar el molestísimo viento, se deslizó rápidamente por entre las puertas de cristal de las Casas de la Victoria, aunque no con la suficiente rapidez para evitar que una ráfaga polvorienta se colara con él.
El vestíbulo olía a legumbres cocidas y a esteras viejas. Al fondo, un cartel de colores, demasiado grande para hallarse en un interior, estaba pegado a la pared. Representaba sólo un enorme rostro de más de un metro de anchura: la cara de un hombre de unos cuarenta y cinco años con un gran bigote negro y facciones hennosas y endurecidas. Winston se dirigió hacia las escaleras. Era inútil intentar subir en el ascensor. No funcionaba con frecuencia y en esta época la corriente se cortaba durante las horas de día. Esto era parte de las restricciones con que se preparaba la Semana del Odio. Winston tenía que subir a un séptimo piso. Con sus treinta y nueve años y una úlcera de varices por encima del tobillo derecho, subió lentamente, descansando varias veces. En cada descansillo, frente a la puerta del ascensor, el cartelón del enorme rostro miraba desde el muro. Era uno de esos dibujos realizados de tal manera que los ojos le siguen a uno adondequiera que esté. EL GRAN HERMANO TE VIGILA, decían las palabras al pie.



En fin, eso de que GRAN HERMANO NO EXISTE nunca me quedó claro, particularmente considero que es como las meigas. La manipulación es inevitable, señores, -itas, bien cierto es, pero peor aún es una actitud determinista, sin ánimo de cambiar, la enajenación viene a ser igual ¿eh? Cuando el ser humano deje de ser tan ignorante podrá cambiar en su totalidad, ¿qué opináis?

"me matarán no me importa me matarán me dispararán en la nuca me da lo mismo abajo el gran hermano siempre lo matan a uno por la nuca no me importa abajo el gran hermano..." Lis dixit.

Si os ha gustado esta noveluca de Orwell os recomiendo Rebelión en la granja donde encontramos a todo un hombre hecho cerdo: Napoleón. Personalmente prefiero esta última a la anterior.

Si los hombres supiéramos respetarnos, viviríamos bien, sería un mundo *bien, pero como este mundo está lleno de Napos, deseosos de poseerlos a todos, así nos va.

“Los animales asombrados, pasaron su mirada del cerdo al hombre y del hombre al cerdo; y, nuevamente, del cerdo al hombre; pero ya era imposible distinguir quién era uno y quién era otro...”

Posdata:¿Os habéis fijado alguna vez la cantidad de blogs existentes en la bloggosfera dedicados a comentar la casa de gran hermano? ¿Todos querrán ser el ojo o, quizá quizá quizá, botes de colón y salir anunciados en la televisión? Cómo es la naturaleza del ser humano, ¿no es cierto?

Portaos bien, y si no podéis, lo dicho no dejéis pruebas que os incriminen. Salud.

3 comentarios:

isa59 dijo...

Increible, ( como siempre )....
Oportuna, ( para no variar ) ...
Inteligente, (que menos que monix ) ...

¿ ÁLGUIEN PUEDE DAR MAS ? ...

MP dijo...

Sí, eso alguien me puede dar más? Dame *argo ande vé...Un ferrari no estaría nada mal pero que nada mal aunque con algún comentario que otro quedaría saldada la deuda con esta señorita.

Ahí que-da-e-so.

MAR dijo...

Que bueno, jajjajaj, me ha gustado!!